JESUCRISTO EN LA PASIÓN

P O E S I A

RICARDO GARCÍA TREVIÑO

Lic. Ricardo García Treviño

Se encontraba dentro de la muchedumbre. Aullaban; no gritaban. Maldecían y odiaban. Deliraban; no vivían. En sus rostros, en la mayoría de ellos.-aquellos, los beneficiados de los milagros.-reflejaban el arrastre de la traición de aquellos días, cuando aplaudían y vitoreaban a aquel joven nazareno, que por el solo hecho de ser tocados y bendecidos, la lepra les fue arrancada, y más lo odiaban cuando les dio el perdón de sus pecados y eso no se lo “perdonaban”, la crucifixión era el precio.

Generación de víboras, el “nadie es profeta en su tierra”, resonaban en todos los rincones de aquel monte que le llamaban el Gólgota.

cruz

Desde lo alto de su cruz, ya crucificado en ella, oía, porque ya no veía, por la sangre de la corona de espinas, enclavada en su frente, así como los golpes en su cara, le cerraron sus ojos.

El griterío era ensordecedor, las burlas eran inmisericordes, se arremolinaban como gusanos en podredumbre de sus propios cuerpos.

Solo era un joven de treinta y tres años, lo más que empuño fue un látigo y solo lo usó porque habían convertido el templo de su Padre, en mercadería de sus sortijas. Lo demás fue enseñanza, fue doctrina, fue curación y resurrección, fue cuando “la palabra se hizo carne y hábito entre nosotros”.

Malditos, se hundieron en su propio fango, y por favor no los identifiques, ni le pongas el sello de alguna raza, a ellos fue su turno, pero su tiempo pertenece a todos, hoy más que nunca, esta generación sigue escupiendo, clavando espinas y golpeando el cuerpo de Cristo; el Cristo del dolor en el sacrificio de la esperanza, donde la cuaresma, la pasión y la resurrección, abren al mundo las puertas del encuentro con quien te brindará la oportunidad de una vida mejor, el oportuno vivir, que no te hará morder el polvo; polvo que te dio vida al darte alma y espíritu, de quienes tienen la ultima palabra, EL PADRE, EL HIJO Y EL ESPÍRITU SANTO

Comentarios están Cerrados.