JESUCRISTO, UNOS DÍAS ANTES DE LA PASIÓN.

LUZ Y FLAMA.

RICARDO GARCÍA TREVIÑO.

Hola, te saludo con el gusto de siempre. Cuando Jesucristo caminaba por los poblados; calle, callejones, montes, orilla del mar y en plazas de Jerusalén, él ya conocía su destino y que aquellas muestras de compañía y simpatías, pronto, en unos cuantos días más, le daría la espalda y le escupiría la cara, entre el miedo, el odio y la envidia, eso sucedería, y así partió al monte de los olivos cuando la noche de la aprehensión llegó.

No se amilanó; no se acobardó, no titubeo y solamente digo, “hágase tu voluntad padre y no la mía” y continuó su labor de enseñanza frente a la cruz.

El Hombre, que en tres años con su sola palabra y enseñanzas de su Padre revoloteo las conciencias y las dejo abiertas para su propia decisión; creer o no creer, independientemente de la iglesia o credo que se elija. Uno es libre y quien engaña que pague el precio de su engaño, y si eres ministro de la palabra la reprenda será mayor.

El Látigo y las espinas esperaban su turno, Jesucristo y su madre lo sabían, imposible pensar que no la supieran y su actitud no cambio, continuo se peregrinar propia de la palabra que lo acompañaba, la fe en Dios y su última instancia, donde no existe la muerte.

Con el 1% de esa actitud; la de Jesucristo, no hay obstáculo que no sea vencido.  

PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS, SANTIFICADO SEA TU NOMBRE… LÍBRANOS DE TODO MAL AMÉN.

Conferencia de Prensa 10 de Abril de 2019

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