CONVERSANDO EN DEBATE
RICARDO GARCÍA TREVIÑO
Hola, te saludo con el gusto de siempre. José Alberto Mujica Cordano, el actual Presidente de Uruguay, intempestivamente y olvidando por completo su carácter de hombre de estado, hace fuerte y aberrantes declaraciones contra el Estado mexicano. Después se retracta, cuando ya se había dado cuenta del tamaño del disparate. Usual en él, pero el daño ya estaba hecho, tratar de exhibirnos como una nación en desorden, después de los asesinatos de Ayotzinapa, por cierto, perpetrados por un grupo de hombres de la misma ideología que el Presidente uruguayo; de Izquierda, la “libertadora”, la “honesta”, la “humanista”, como lo fue el exalcalde de Iguala y su cómplice; su esposa. Hoy apresados y con ello el descubierto de una red de crímenes y perversidades, teniendo como bandera, las “bondades” de la izquierda.
El Presidente uruguayo, ya pisando los ochenta años, no es un anciano sabio; prudente e inteligente, lo guerrillero y lo que esto implica, lo lleva en la sangre, cuantas personas, Pepe Mujica, no mataría en sus correrías, los suficientes como para convencerse, que los fines justifican los medios, entonces subirse a las corrientes de la destrucción, no es nada complicado, por el contrario, es fácil, aunque después se tenga que retractar, ya que los fines, justifican los medios.
Lo que llama la atención, del presidente Charrúa, es la superficialidad, con que manifestó el disparate contra México, habló como haciéndonos creer que su mandato como Presidente, ha servido para curar a su país de una mal mundial, como es la corrupción en las estructuras sociales de las actuales sociedades. Triste y lamentable situación, en espera de mejores tiempos, que sin duda lo habrá, ya que hay gobernantes, como el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, que están ejerciendo el poder constitucional conferido, para ese fin. DUELÁLE A QUIEN LE DUELA, PERO ASÍ ES.
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