CUENTO.
RICARDO GARCIA TREVIÑO.
Oye abuelo, tu que te las sabe de todas; todas y en el viento las componen… hey, hey, parale, parale, le dice el abuelo al nieto, al menor de todos ellos, de una veintena bien creados y alimentados, pero como este era el menor de todos, lo tenia bien; pero bien chiflado, de allí su leperada que el abuelo no lo dejó terminar.
Te decía abuelo cuál ha sido el mejor sueño de tu vida y cuál el peor. El abuelo lo mira de arriba abajo y de abajo arriba, y después de un momento de profunda reflexión y con lágrimas en los ojos le dice…
El mejor sueño ha sido cuando sueño a tu abuelita, cuando nos conocimos y nos hicimos novios y nos veíamos el uno al otro sin tocarnos siquiera y así pasaron los años. -tres.-hasta que nos casamos.
Cuando menos lo pensamos nacieron tus tíos y tu mama, y luego llegaron tus primos y ya no cabíamos en el rancho y miraba como pasaba el tiempo, en un parpadear de ojos vivaces a éramos como veinte, que bonito sentíamos cuando llegaban, pero más bonito sentíamos cuando se iban, es que los años pesan; porque pesan.
De repente todo cambió, un día; el menos pensado de todos, la abuela se fue, cambió de lugar, cerro sus ojos y se fue al cielo, solo le quedó tiempo para despedirse de mi y decirme, que había sido muy feliz conmigo, pero que el día y la hora ya habían llegado…
Apretó mi mano, cuando una hermosa y celestial sonrisa dibujó su rostro, donde la habitación fue invadida de un olor de rosas jamás sentido en olor de santidad. Le cerré los ojos y entre llanto y rezo me quedé un rato a su lado, desde entonces la sueño todos los días y cuando no le sueño, es el sueño más horrible de ese día
Para es entonces el nieto no pudo contener el llanto, y abrazando al abuelo se pusieron a llorar los dos y fue, cuando se formó una nube dentro de la habitación y tras de la nueve, que era de un blanco brillante con luces de arco iris en su alrededor, aparece la silueta de la abuela, cual no se dejó ver, porque también ella lloraba y sus lágrimas empaparon las almohadas que utilizaba con el abuelo y fue cuando se escuchó una música de piano y violín, con un sonido angelical que consoló al abuelo y al nieto…
Los ángeles también lloran.
Conferencia de prensa 5 de octubre 2022