LUPITA RODRIGUEZ, MUJER DE VALÍA, CRUELMENTE ACOSADA POR EL STATUS QUO.

LUZ Y FLAMA.

RICARDO GARCÍA TREVIÑO

Hola, te saludo con el gusto de siempre. Señora Guadalupe Rodríguez Martínez, mujer de mucha valía, educadora distinguida y valiente; inteligente; esposa apreciable y buena madre. Con vocación política en entrega a su trabajo comunitario educacional, quien al lado de su esposo Alberto Anaya, abogado y economista, político y acreedor del reconocimiento “50 aniversario del Instituto Cubano de amistad con los pueblos” a raíz de su larga trayectoria como ideólogo y defensor del pueblo cubano. Fundador del asentamiento humano “tierra y Libertad” y del Partido del trabajo.

En días pasados, por una bendita coincidencia, se le divisó a distancia platicando con algunas personas a la entrada de las oficinas que tiene su partido político en el lugar que ocupa el congreso del Estado.

Regreso a su vida normal, después de a haber sido injusta y brutalmente perseguida por la dictadura en oligarquía, acusandola de un delito absurdo e inexistente de “lavado de dinero” e “enriquecimiento ilícito”, para financiar el terrorismo y que la quería ver presa para de esa forma presionar a su esposo Alberto Anaya, para que cediera y abandonara su coalición con el Movimiento de Regeneración Nacional.

Días difíciles que han sido superados y que ahora la señora Guadalupe Martínez, se apresta a encaminar en el Congreso del Estado de Nuevo León, la madurez en orientación de una izquierda, que despintada deambula entre querellas innecesarias y desgastantes.

Lupita Rodríguez, mujer de valía indiscutible, en un entorno social, que no acepta ya los privilegios y los acuerdos cupulares que atentan la dignidad de la gran mayoría del pueblo de Nuevo León.

Recuérdate que la democracia es el pacifico despertar del pensamiento e inteligencia ciudadana.

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