POEMA.
RICARDO GARCIA TREVIÑO.
¡DIGAMELO A MI! QUE ESTOY ENAMORADA, ENAMORADA DE SU FRAGANCIA, DE UN CUERPO QUE NO ADMITE EL PASAR DE LOS AÑOS, MUCHO MÁS, ESTOY ENAMORADA DE SU RISA Y ALIENTO, DE SU VALENTÍA CUAL ENFRENTA LA VIDA.
¡DIGAMELO A MI! QUE POR LAS NOCHES QUIERO QUE AMANEZCA EL DIA, PARA PODER ENCONTRARLE Y GRITARLE A SU OÍDO, TE AMO, ¡DIGAMELO A MI!, QUE VIVO ENAMORADA DE QUIEN RETA TODAS LAS SUERTES DE ESTE MUNDO, QUE NADA SABE DE AMOR Y ES PURA HABLADURÍA.
¡DIGAMELO A MI! CUANDO ESCUCHÉ, «TENGO MIEDO; TENGO MIEDO DE ENAMORARME DE USTED, CUANDO YA ESTOY ENAMORADO», YA QUE ES UNA TRAMPA DEL DESTINO, CUANDO A LA VEZ ME ENTREGA UN PEDAZO DE SU VIDA, BENDITO DIOS QUE POR AMOR MURIÓ EN LA CRUZ . . .
¡DIGAMELO A MI! ANTE LAS LÁGRIMAS DE LA VIRGEN MARIA, DONDE NUESTRO AMOR ES VUESTRO PROPIO MARTIRIO; MARTIRIO QUE LLEVA LA DULZURA DE LOS ENAMORADOS, HERMOSA PARADOJA DE UN DESTINO QUE SOLO DIOS SABE A DONDE VA. Y A DONDE LLEGA .
Comentarios están Cerrados.