CONVERSANDO EN DEBATE
RICARDO GARCÍA TREVIÑO
EL tumulto de gente que llega a los templos Guadalupanos, es incontable, las cifras dadas a conocer a la opinión pública son solo referencias y en el Distrito Federal, lugar de la sede de la Virgen de Guadalupe, en el cerro del Tepeyac, en la Calzada de los Misterios, donde por siglos ha sido venerada la Reina de México; Reina de las Américas, aquello es impresionante en aquel torrente de devoción, nada comparable a otras partes del mundo, ya sea la Virgen de Fátima, en Portugal, Lourdes en Francia, la de la Caridad del Cobre, en Cuba, y otras más, donde cada lugar tiene sus peculiaridades y grandezas, más la devoción de la Guadalupana lleva su propio señorío.
Su particularidady distinción será motivada por el tamaño y costo del sacrificio de los indígenas, cuando fueron devorados por el peso y la cortadura de la bota del conquistador, el llanto del duelo y el crujir de la caída de su civilización, oh el resollar del fuelle, el casco de los caballos, el acero y la pólvora del obús, debió de haber sido estruendoso, el valle de Anáhuac fue inundado por las lágrimas de los dolientes y el sollozo y lagrimar de la VIRGEN DE GUADALUPE, fue cuando la gloria se vio enmudecida por la caída de las estrellas; estas asustadas buscaban refugio ya que no hay conquista que la apología le rinda tributo, aunque lo venidero sea en beneplácito.
Diez años, después de aquello, tardó LA VIRGEN DE GUADALUPE, en llegar, las heridas aún estaban abiertas y los odios arraigados, siendo sus luces las que brillaron en la obscuridad y con ello nació nuestra mexicanidad, y por más que quieran destruirla jamás lo podrán lograr, por tal causa y razón los templos Guadalupanos, en este su día lucen a reventar, llenos en su capacidad.
La devoción es sincera, sin cortapisas, no lleva dobleces, factor importante de la bondad de nuestro pueblo, y lo que hoy por hoy nos sucede, es asunto del libre albedrío y el hocico de satanás, pero en su gran mayoría somos un pueblo pacifista y constructor, donde JUAN DIEGO, se quedó en los altares acompañando a la VIRGEN DE GUADALUPE, representado al pueblo indígena que aún clama Justicia y Solidaridad.
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