C U E N T O.
RICARDO GARCIA TREVIÑO.
Estando el abuelo en la parte de atrás del establo, ordeñando la última vaca que le quedaba por hacer, cuando entro corriendo el nieto con el periódico en la mano, abuelo, abuelo ya supiste que hicieron una colonia en la Luna, donde van a vivir cerca de cinco mil mujeres y hombres, no, no sabía, le contesta el abuelo, aunque ya lo daba por un hecho, tarde o temprano lo iban hacer, para preparar el terreno para empezarla a destruir, así como están destruyendo la tierra a nombre del progreso, la democracia y las libertades, dijo el abuelo, un poco molesto y viéndole los ojos a la vaca que había ordeñado, misma que le devolvió su mirada triste y acongojada, típica de las vacas en las orillas de la carretera, presagiando su triste final, ya que a la vuelta de la esquina, la inteligencia artificial las sustituirá por una leche, que no es leche y que servirá como ingrediente para controlar los pensamientos de la gente, hay abuelo, no crees que estas exagerando, le contesta el nieto con su típica e ingenua alegría, no, no es exageración, al contrario me estoy quedando corto, mira nada más lo que siguen haciendo en cuba, sesenta cuatro años con un despiadado bloqueo económico despiadado, cual llevando el cinismo al extremo le llaman al Estado cubano, “estado” terrorista, haciendo sufrir a toda la población de la isla, y me reservo lo que sucede en la franja de Gaza, que le mordieron la cola al tigre, y ahora no hayan como pararlo, hay nieto, perdóname que te hable así, pero ver como se están acabando al mundo, cual salen con la hechura de una colonia en la luna, que dicho sea de paso, el primer hombre en la luna, quien puso el primer paso en ese astro, en ese satélite natural, fui yo, le dice el abuelo al nieto, quien reparo jalándose para tras y casi cayéndose al suelo, por cierto llano de estiércol de vaca.
Haber, haber, abuelo platícame esa; esa no me la habías platicado, la tenías muy guardadita, mira nieto, dice el papa grande, soltando la tina de la leche, un día llegaron unos gringos aquí al rancho y decirme que me querían para un paseíto a la luna, Pontejos les dije yo y los lleve a la parte de atrás del rancho donde había un bodega grande, algo que al verla se les salieron los ojos, pues que era abuelo, el nieto ansioso por saber interrumpe, pues una NAVE ESPACIAL, construida por mí, tu papa y uno de tus tíos hace cincuenta o sesenta años atrás y en allá había ido a la luna varias veces, donde por cierto deje por allá fuentes inspiradoras de poemas y canticos poético, cuando ya cansado les dije a los güeros, se me largan a la tiznada y déjenme trabajar, a jigo ahora si que me diste una buena lección, como todas las demás y dándole un abrazo y un beso en la frente se despidió del abuelo, ya que es con abrazos como se puede llegar a ser felices en este mundo, cual el abuelo le pregunta dentro de la despedida, oye y como se va a llama la colonia, esa que ya pusieron en la luna, se llama ELON MUSK, le grita el nieto desde afuera del rancho.
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