POESÍA.
RICARDO GARCIA TREVIÑO.
Viene a mi el deseo, el ansia de brindar un poema, un poema burlón y amoroso, burlón porque sus letras no tienen tiempo, ya que los verdaderos amores carecen de ello, basta asomarse a la vida del crucificado, cual la entregó por amor, ante quienes no merecía una gota de sangre, de aquel sublime acto de entrega llamado amar.
Por ello los amores no tienen tiempo y por más que se huya de ello y se escondan, jamás podrán separarse, cuando no son como una nube, cual majestuosa, en un bello horizonte lentamente se esfuma; desaparece para no nunca aparecer, por más hermosa que se luzca en aquel bello horizonte.
¡NO! Un poema amoroso, es una hermosa sonrisa, con una elegancia perpetua, una eterna risilla, un talante desafiante, valiente y triunfador, cual en apariencia es burlón, pero no lo es, ante los desafíos que esconden las trampas del destino, donde el tiempo no existe, ante la luz de un cielo lleno de estrellas entrelazadas, que nunca están a destiempo, por el amor sublime del creador.
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