NARRATIVA EN PROSA
POR RICARDO GARCÍA TREVIÑO
FELIPE DE JESÚS CASAS, criollo, de la mexicanidad arrancada de la raíz misma de la tierra de los volcanes Popocatépetl y el Atlixco, nació en 1572, en el seno de una familia de clase media alta.
Padres españoles, de carácter alegre; sin ser superficial, escogido por JESUCRISTO para ser Sacerdote, llamado que dejo atónitos; estupefactos, casi sin expresión las paredes; arboledas y jardines de su casa, entre ellos una higuera, que cuando SAN FELIPE DE JESÚS, era martirizado; vejado y asesinado un cinco de Febrero de 1597, en las llanuras de Oriente, lejos de las volcanes que le vieron nacer, ante una luna que sollozó, un sol que se entristeció, y unas estrellas que se tambalearon ante el parpadear de los ojos de SAN FELIPE DE JESÚS, y sus últimas tres palabras que pronuncio antes de que el cielo se le abriera y las manos de la VIRGEN MARÍA, lo acogieran, JESÚS; JESÚS, JESÚS.
Fue canonizado el 8 de Junio de 1862, bajo la luz de una sombra que proyecto el hermoso horizonte de su vida, testimoniada en el encuentro de la divinidad y la naturaleza, por aquella higuera que entrego sus frutos y tallos en el momento de su partida. SAN FELIPE DE JESÚS, el primer santo mexicano.
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