CANTICO POETICO.
RICARDO GARCIA TREVIÑO.
Aquel día de aquel momento, el mortal rezaba el santo rosario al lado de su esposa, ya que el diablo anda suelto en todas partes del mundo, donde vientos huracanados cuando debía de ver calma, aparecen incendios como acto de guerra cual los ángeles no pudieron evitarlo,
cual repentinamente se sintió el peligro del mal y yendo de un lugar a otro un fuego se desprende en forma fugaz y sorpresiva, la valentía de la pareja se asomo en su rostro, ninguno se amilanó y haciendo lo necesario el fuego se extinguió, se trataba de un tanque se gas por explotar.
No siendo la mano humana que de ello se encargó, fuiste TU, VIRGENCITA DE GUADALUPE, cual imposible es que a una hija e hijo tuyos lo dejes solos, cuando mas te necesitan, fuiste Tu amada virgencita del TEPEYAC, quien no permitio daño alguno. TE DEBO OTRA SEÑOR
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