CONVERSANDO EN DEBATE
POR RICARDO GARCÍA TREVIÑO
Hola, te saludo con el gusto de siempre. De mal gusto, referirse a la primera dama de México.-“Los viajes de la gaviota”.-de tal manera. No habla bien del prestigio.-Revista Proceso.-que ha bien sea ganado, por su periodismo, tal medio rotativo.
La señora ANGELICA RIVERA, cumple su papel de esposa del Primer Mandatario mexicano, no es nada sensato escoger esa vía para el denuesto de índole político, que bien puede interpretarse como personal, oh tal vez piensen, que el Tigre, tiene las garras recortadas y el bozal puesto sobe sus fauces, que le impiden hacer valer su proteger sus sagrados derechos y obligaciones de esposo. ¡PROTEGERLA; CUIDARLA Y DEFENDERLA!
Por favor no se equivoquen, el Presidente de México, es sensato, estadista y juicioso, pero debe guardarse distancia en el ámbito del denuedo personal, para no favorecer a quienes por sistema y programación quieren perjudicar al gremio periodístico, y si se escribe lo anterior, ya que se parte de la base, que los “incidentes” contra mi persona, fueron realizados por personas, con intereses contrarios al orden institucional, que representa ENRIQUE PEÑA NIETO, como Presidente de México.
Colocándonos al tema de origen.-SEÑORA ANGELICA RIVERA.- no es la situación que vive ANGELA MERKEL.-Alemania.- oh DILMA ROUSSEFF; Brasil, o MARGARET THATCHER, cuando vivía y ejerció el poder, desde Inglaterra.
La señora ANGELICA RIVERA, no ocupa ningún lugar en las esferas de poder del primer círculo del Presidente de México, ENRIQUE PEÑA NIETO, y su visita al Vaticano, a la canonización de San Juan Pablo II, y San Juan XXIII, se unió a un evento de carácter mundial, donde estuvieron presentes noventa delegaciones oficiales gubernamentales, y es obvio que el respeto y cariño que el PAPA FRANCISCO, tiene para México, debe ser compensando para el bien de los mexicanos, estrechando las buenas relaciones, y porque no reconocer que en el Papadp, el mundo tiene un hombre de buenas virtudes, que llevando en sus manos el cayado de PEDRO, lleva una esperanza de fraternidad, en estos tiempos definitorios para el hombre y la mujer.
