P O E S I A
POR RICARDO GARCÍA TREVIÑO
Que hace del tiempo, dónde tu juventud, se reía de los quehaceres de la vida. Tú mirada inescrutable llena de bondad, en piel morena, con la suavidad de una tarde apaciguada, con aquellos ojos café, de inolvidable ternura. MUJER EXQUISITA Y NOBLE CORAZÓN
Caminábamos juntos, pero en distancias separados, caudales de agua de rio, con linderos diferentes, que en la llegada a la desembocadura, encontraste el huerto de tus claveles y rosas; bello asomo de MUJER EXQUISITA Y NOBLE CORAZÓN.
El tiempo, misterioso diván de los recuerdos, dónde te quedaste en el devenir de las cuitas de un campeador, hasta el final de su vida, y dispuesto a luchar, para ver el florecimiento de tu vida.
Por las diversas veredas, del callejón de la vida, encontraste la llagas, los clavos y las espinas del crucificado; JESUCRISTO, y lo abrazaste, con el mismo amor, que te llevo al sacramento del altar, de quien te acogió para siempre, para acompañarte en felicidad, en el deambular del caminar; vivir y existir. MUJER EXQUISITA Y NOBLE CORAZÓN.